Hacía mucho tiempo que quería hacer un Kamishibai y al final lo he conseguido! Ya tenemos nuestro propio Kamishibai para inventar y explicar mil historias. Y algunos os preguntaréis: ¿qué es un Kamishibai?
Un Kamishibai es un pequeño teatro de madera que sirve para explicar historias mediante láminas con ilustraciones. Las láminas se colocan todas en el Kamishibai y se van sacando de una en una a medida que se va explicando el cuento.
El Kamishibai nació en el siglo XII en los templos budistas del Japón. Los monjes lo usaban para explicar historias, principalmente moralistas, entre la población analfabeta.
Posteriormente, hacia el 1920, resurgió la técnica debido a la crisis económica. Muchos parados encontraron una manera de hacer un poco de dinero: ponían el Kamishibai detrás de una bicicleta e iban de villa en villa explicando historias y vendiendo golosinas a los niños y niñas que se acercaban a escucharlas.
En los últimos años el Kamishibai ha vuelto a resurgir, ahora ya como una actividad puramente lúdica y pedagógica, utilizada sobre todo en bibliotecas y escuelas.
Nosotros lo conocimos no hace muy a través de la página Cuentosmosnos. De aquí sacamos la idea de hacerlo nosotros mismos en casa, con una caja de cartón y de medida A4, para después poder hacer nosotros mismos dibujos e historias para explicar con esta técnica.
Gracias a Cuentosmonos tenemos estas fantásticas instrucciones, que son las que nosotros seguimos para hacer nuestro Kamishibai. Están explicadas con fotografías, pero también hay un vídeo al final.
Sólo dos cositas que nosotros aplicamos y que simplificó un poco el trabajo:
- Os aconsejo buscar un cartón que sea bueno, no hace falta que sea muy grueso, mucho mejor si es delgado, pero fuerte y firme. Algunas cajas de zapatos van muy bien. Si además la caja ya es bonita, no hará falta ni que la pintéis, sólo decorarla con algún dibujo o texto. Eso hice yo, utilizando la caja de las botas de agua que me trajeron los reyes.
- Para hacer las bisagras de las puertas yo fui a la ferretería y cogí unas de pequeñas y que no costaran demasiado de abrir. Y las enganché al cartón con cinta adhesiva de doble cara. En realidad, no pensaba que funcionaría. Pero van de maravilla, han quedado muy enganchadas y abren y cierran de fábula. Veremos como responden con el tiempo y el uso. Esto simplifica mucho este paso, porque hacer las bisagras manualmente a mí me parecía mucho trabajo.
Bien, espero que os animáis a hacer el vuestro. Ya os iremos enseñando alguna de las historias que inventaremos. Aquí va la primera, inspirada en el libro "Calvin no sabe volar", que pronto podréis encontar en el blog:
Preparando la historia para explicar en el Kamishibai: primero pintamos las láminas, las ordenamos y las ponemos en el Kamishibai. Ya está listo! |
#1 Érase una vez un estornino que se llamaba Calvin. Tenía una familia muy grande. #2 Calvin no era un pájaro como los otros. |
Hoy encontré tu blog. Felicitaciones. Sos una genia!!!
ResponderEliminarMil gracias Brenda!! Y bienvenida!! Abrazos
EliminarHola, soy Estela de Argentina. Acabo de suscribirme a tu blog y lo poco que vi, me encantó! Nos encontramos ahorita de vacaciones de verano, pero cuando uno ama lo que hace, continua trabajando... y aquí estoy buscando ideas. Felicitaciones por tu maravilloso trabajo y gracias por compartir cosas tan creativas, interesantes y útiles! Lo celebro!!
ResponderEliminarme encanto!gracias!
ResponderEliminarmuy buena idea yo necesitaba ayuda y con este material podré hacerlo .
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